martes, 18 de agosto de 2009

USAIN BOLD 9.58 : "EL AVION NEGRO"

UN ATLETA INCOMPRENDIDO (Parte 2)
"El peor enemigo de bold no está en la pista de carrera sino en simismo"

5,4 millones al año
Estos son buenos tiempos para los Bolt. Su padre ya no trabaja como aparcero en la hacienda de café.
Desde que Usain batió su propio récord en los 100 metros lisos y ganó la medalla de oro, hace 7 días, la empresa Puma ha vendido más de 2 millones de zapatillas doradas. Una cifra que se multiplicará por 4 tras la hazaña en los 200 metros lisos.
Bolt gana €5,4 millones al año; €675.000 de ellos por participar en los 6 Gran Prix que componen el circuito mundial y, el resto, por publicidad: principalmente pagados por la marca del felino, gran patrocinadora de la selección olímpica jamaicana.
Cada una de las 42 zancadas que dio durante la carrera reina de velocidad en Pekín vale medio millón de dólares. Su caché se ha disparado. Ahora cobra US$67.500 para competir en eventos como el circuito de Zúrich, a finales de agosto.
Si batiese otra vez el récord mundial, la Asociación Internacional de Federaciones de Atletismo (IAAF) le pagará un premio de US$50.000, un incentivo que no es válido para los Juegos Olímpicos.
Después de China, Bolt ya tiene firmada su asistencia a 3 nuevas competiciones: la de Zúrich, el 29 de agosto, y Laussane y Bruselas, el 2 y 5 de septiembre.
Su tía Zoe se levanta del saco de cemento donde está sentada en la terraza, y señala uno de los árboles que rodean la casa. "No Burger man", añade entre risas. "Aquí no hay comida rápida, ni prefabricada. Sólo frutas silvestres".
En su casa no tienen agua potable, ni líneas de teléfono, pero están bendecidos de otra manera. Ella apunta con el dedo unas frutas rojas llamadas ackee, algunos cocoteros, palmeras con plátanos y otras frutas exóticas. "Ésta -dice mientras saca del interior de la cocina una que llama breadfruit (pan de fruta)- la comemos mucho, hervida con papas o acompañado con goldfish", una especie de pescado.
"Esa ha sido la dieta de Usain durante toda su infancia", añade. Usain Bolt parece que ha olvidado aquellos consejos maternos, y vive seducido por la comida chatarra. Celebró su récord mundial en 100 y 200 metros comiendo nuggets de pollo.
En el condado natal de Bolt, los niños quieren correr para huir de la pobreza. Al otro lado de la carretera, cerca de la casa donde vivió Usain sus primeros 16 años, tres chiquillos calientan las piernas flexionándolas contra el pecho, imaginándose que ellos podrían ser los nuevos ídolos de la isla.
Cuando era pequeño, Usain se interesó más por el cricket. Era un prometedor lanzador de la bola rápida. Su porte atlético, que con 6 años sobrepasaba en 2 cuerpos y 3 cabezas a sus compañeros, no pasó desapercibido para Pablo McNeills, su mentor y entrenador de atletismo hasta los 16 años. "Él ha hecho tiempos asombrosos desde los 12 años. Yo nunca le enseñaba el cronómetro para que no se le subiera a la cabeza", señala McNeills.
Sus grandes enemigos
Bolt comenzó como corredor de 200 y 400 metros, haciendo grandes registros en campeonatos nacionales y de los países de la Comunidad del Caribe.
En 2002, los campeonatos mundiales Junior de velocidad fueron en Kingston, Jamaica. Con 15 años, Bolt ganó los 200 metros en 20,61 segundos, convirtiéndose en el campeón más joven de la Historia. En 2003, se mudó a Kingston, donde David Powel y Daren Warrent le entrenaron en el Centro de Alta Velocidad.
En las últimas Olimpiadas de Atenas rompió el registro mundial Junior de 200 metros con una carrera de 19,93, pero fue eliminado en las primeras rondas de Atenas (2004) después de una lesión en la rodilla.
"Si él no hiciera tantas payasadas, y tuviera más consciencia podría seguir batiendo fácilmente el récord del mundo hasta dejar los 100 metros en 9,48 segundos... Es una persona que da el 101% sin esforzarse", comenta su ex entrenador, que participó en los Juegos Olímpicos de Tokio (1964) y Ciudad de México (1968).
Pocas personas están tan seguras en el potencial de Bolt como McNeills; la persona que evitó que su alumno más juerguista se perdiera por lo malos caminos.
McNeills regresaba muchas tardes a la pista de entrenamiento de la escuela, y tenía que ir en taxi hasta Falmouth porque Usain Bolt se había escapado para ligar con alguna chica.
"Yo le castigaba con mano dura cada vez que hacía unas de sus muchas travesuras, aunque nunca me faltó el respeto, es un chico muy educado", relata su ex entrenador, que no ha visto las carreras de Bolt porque sus ojos están demasiado cansados para ver el televisor.
McNeills está documentando la vida de su muchacho, y planea escribir un libro "muy pronto": The Bolt of Lightning and Me (Relámpago Bolt y yo).
"Él corre para ganar dinero, y para gastar sus energías. Es un hombre feliz, que sólo piensa en disfrutar y vivir la vida. Todo se lo toma a broma... Con 22 años ya ha hecho muchas tonterías", opina McNeills
En la adolescencia de Bolt, su ex entrenador le castigaba entrenando hasta las 22:00 cada vez que se escapaba. "El mayor contrincante de Usain Bolt es Usain Bolt", estima McNeills, mientras recorre las pistas de tierra del instituto William Kinbb donde su pupilo entrenaba entonces.
El peor año de Bolt fue en 2005, cuando, a raíz de una lesión en la rodilla, comenzó a vivir una vida despreocupada de fiestas nocturnas en la capital jamaicana, y hasta se vio involucrado en un accidente vial del que salió ileso con un flamante Honda.
"Hay algunos compañeros del equipo (jamaicano) de atletismo que no le están haciendo ningún bien. Algunos son buenos corredores, pero no fuera de series como él. Eso lo tiene que saber todo el mundo", explica su ex entrenador, quien ha recibido decenas de peticiones de padres que quieren que entrene a sus hijos.
Con 22 años, Usain Bolt tiene un futuro prometedor. "Sus principales oponentes no son Asafa Powel ni ningún estadounidense", añade el que fue su entrenador hasta los 16 años. "Los principales rivales a batir son el dinero, las fiestas, y los coches nuevos... Los mismos dilemas que tuvo en Kigston".

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